Estoy pensando en cuál sería mi deseo de Navidad, recordando cuando mi abuelo me decía que podría pedir todo lo que mi corazón deseara. Si bien en otra época de mi vida hubiera deseado juguetes, trineos, a Papá Noel, viajes, tarjetas, un iPhone 13,? mi deseo de Navidad, fuera del caos de la vida cotidiana y fuera de los deseos que nos otorga esta sensación de comparación cuando vemos las redes sociales que parecen más revistas o la tele de vivir en un mundo en el qué nos medimos por las fotos perfectamente decoradas de otros.

 

De pronto sería que para estas Navidades, tengamos presente, sin importar cuán bellas sean las cosas que podemos obtener, sepamos que al final son solo cosas que pueden traernos algo de felicidad momentánea y que no solamente estamos creados para obtenerlas y sacarnos la mugre por ellas, sino también para ser nosotros mismos: la más auténtica y verdadera versión de nosotras.

 

Tal vez mi deseo de Navidad tenga que ver con desear que cada uno camine por ese largo trayecto hacia dentro, para que vuelvas a convertirte en lo que esta energía universal quiere que seas, esa versión auténtica de ti creada solo con amor.

 

En algún lugar leí que nuestras vidas son un regalo de Dios y lo que hacemos con ellas es el regalo que le devolvemos a Dios en su momento, así que creo que mi deseo de Navidad para todos ustedes es que detrás de los juguetes, detrás de las canciones, el pavo, los regalos y el caos, encontremos un momento de tranquilidad, de soledad, de reflexión y de paz, y que la verdadera Navidad nos ayude a encontrar ese camino de deshacernos de la vida que planeamos en función a lo que todos los demás quieren de nosotros, para que podamos tener esa vida que está esperando por nosotros, esa que te llena, no de cosas, sino de paz y tranquilidad.

 

¡Feliz navidad mis hermosas, mis hermanas! Que la luz infinita del amor las guíe siempre hacia el único camino verdadero: tu propio corazón.

 

Con amor,

 

Lou